jueves, 19 de febrero de 2009

LA NOSTALGIA


Amigos


A veces parece que uno cuenta aventuras y que todo se nos va en diversión. Pues no es así. Wolfman vuelve este año a casa tras dos temporadas en los USA, hay mucha ilusión por lo vivido pero también bastante dolor por lo que se dejó atrás. No me desnudaré en público, me refiero emocionalmente, físicamente lo haría sin probemas (para lo que hay que ver!) pero sí diré que cada nueva ciudad, cada nueva foto, cada tarde, tiene un sabor agridulce porque mi corazón ya está en otra parte, concretamente en Barcelona city. Sólo me queda ordenar un poco mis experiencias, poner el remolque boca abajo por las lluvias futuras, arrancar de las paredes unos cuantos recuerdos, echar la vista atrás un momento y volver a mirar hacia adelante que es lo que existe (el presente es ese momento que ya casi es futuro, que desaparece sólo recordarlo).


Quiero pues, decir, sin dar muchos detalles, para quien quiera entender, que quedan muchas botellas por descorchar y muchas nuevas cimas llenas de sorpresas, y también aún algunos golpes de esos que no te esperas, que queda, vaya, LO QUE QUERAMOS QUE QUEDE


VIVA ESPAÑA I VISCA CATALUNYA (esto sólo lo puede decir Wolfman)
ECHO DE MENOS ESAS TARDES DE RISAS Y CONVERSACIONES SIN RUMBO


Wolfman dolido y con lágrimas

martes, 17 de febrero de 2009

Nueva York, Nueva York


Hola amigos


Uno siente que ya no puede decirse nada nuevo de Nueva York, la gran manzana o la gran cebolla, puesto que ese era su nombre original, así que como siempre sin consejos, simplemente comentar, para los que no han ido, que vale la pena perderse por sus calles sin rumbo, usar el transporte público, perderse por Chinatown y Little Italy, husmear por el familiar y encantador Brooklyn (cruzando el puente a pie, claro), curiosear por las tiendas de la calle Canal, sentirse arropado por la multitud en Times Square, extasiarse un poco en Broadway con los anuncios multicolores que prometen unos gramos de diversión, entretenimiento, tal vez magia. Nueva York siempre es Nueva York aunque uno llegue reticente, aunque no esté tan limpia como Chicago o no tenga el glamour de San Francisco (eso dicen los que han estado allí). Yo me senté un rato en el Battery Park enfrente de la isla de Ellis y pensé en la gente que en otras épocas llegaba cargada de esperanza, tal vez huyendo de un miedo mayor a la "otredad". Al fin y al cabo todos huimos un poco, por lo menos alguna vez.


Wolfman