lunes, 11 de mayo de 2009

La Pela es la Pella?


Hola amigos

El sábado pasado un grupo de profesores iowinos estuvimos en Pella, un pueblo con querencia holandesa al este de Des Moines, que no es al este del Edén, dicho sea de paso. Iowa está muy "gorgeous" en primavera, en parte estas verdes praderas recuerdan un poco a Holanda sólo que, aunque no os lo creáis, aquella aún es más plana que la interminable llanura iowina. Una explosión de color con tulipanes "protoquier", naranjas, rosas, blancos, negros (éstos enfrente de una funeraria, como os lo cuento). Un hermoso y transparente día de primavera, soleado, limpio, desperezándose del largo invierno del midwest.

Allí estuvimos, vagando por las calles, demorándonos en parques, admirando algunas casas, curiosos ante algunos adornos inhabituales, pero juntos al fin y al cabo.

Ya de noche nos dijimos adiós algunos para no vernos más, aunque nunca se sabe. Fue un adiós falsamente frio, porque quizás nadie quería despedirse, porque todos quisimos pensar que no era posible, que el camino aún nos iba a deparar otros encuentros.....y de verdad os digo que el camino es largo, arrieros somos y en cualquier curva, en una inesperada loma, espero encontrar de nuevo las manos amigas, las miradas cómplices que todos compartimos durante un tiempo. Quizá no nos veamos, cabe la posibilidad, pero en todo caso volveremos en una frase o un pensamiento, algo que empezará como.....Recuerdo hace algunos años, fue en Iowa (la perla del Midwest) había...(un tipo, una chica, una pareja, una colega, unos amigos...) y volveremos a vernos paseando tranquilos y desocupados en un pueblo llamado Pella, entre los tulipanes.

Wolfman

martes, 5 de mayo de 2009

Sin querer enterarnos de que Iowa no es California, los Gutierrez Martinez y Jessica (amiga intima del batu) intentamos emular a los protagonistas de "Sideways" e irnos dos días de vinos.


Por raro que parezca en Iowa se cultiva vino y, aunque hay muchas cosas en las que Iowa no destaca, no os dejéis confundir: el vino es una de ellas, es mediocre. Aunque no deja de ser meritorio que se intente cultivar algo que no sea ni maiz ni soja.

Aprovechamos el Western Iowa Wine Trail, que por 20 dolares ofrece vino y comida en las siete bodegas que se encuentran en el oeste de Iowa. Se ve que en cada ocasión (hay dos al año) eligen un tema para la comida, y este año era el cinco de mayo, fiesta mejicana muy celebrada en Estados Unidos, pero que no deja de ser un día más de vacaciones al sur del río Grande.

Los vinos en sí, de malos a reguleros, y es que con estos inviernos tan fríos no hay muchas variedades de uva que aguanten. A los tintos (De Chaunac), le meten un sabor ahumado que los convierte en inbebibles, lo cual es normal para ellos ya que pega con el sabor barbacoa. Lo que si tienen aceptables son vinos dulces, tipo Riesling o Gewurtztraminer aleman.

Paula se lo pasó pirata arrancando el cesped, Paloma aguantó sobria casi tres sorbos y al final terminamos comprando alguna que otra botella, más por lastima que por el sabor del vino. Ya veremos a quien se la colamos como souvenir de Iowa.